jueves, 7 de julio de 2016

Suiza

Sin amor, sin dinero, sin trabajo y sin datos en el móvil... y sin ganas de buscarlos.

Porque todo puede pasar y todo se puede soportar siempre y cuando cuides Suiza.
Suiza es ese estado neutro de la vida que te permite avanzar pero los más escépticos dirán que es pasar de puntillas por la vida. Ese estado inmaterial, intemporal e inmanente a la propia existencia, que no muchos descubren y menos aceptan. Es el estado intermedio por naturaleza, un patrón neutral de las personas que están empezando a quererse, a solas consigo mismas. Y es el punto principal de la vida. Nadie puede evolucionar si de vez en cuando no pasa por Suiza.


El día que nació Suiza corría aire, entraba por la ventana medio abierta de mi salón y eran finales de mayo. Suiza vino con calma, con sensatez y con pizza. Suiza pensó qué era lo mejor para nosotras y en este momento, lo mejor era eso, nosotras. Nosotras solas contra el mundo. 
Así como Suiza logró mantener una posición neutral en la Segunda Guerra Mundial y evitó los conflictos, mi Suiza hace lo mismo. Pasa desapercibida por la vida, atenta a todo pero sin comprometerse, sin implicarse, sin complicarse. Como ese pececillo que se sigue perdiendo entre la multitud. 

Suiza vive al día y no ve más allá del momento. Suiza ha desistido de tenerlo todo bajo control en cualquier momento. Acepta los cambios y trata de entenderlos. Suiza mejora cada día o al menos lo intenta.

Con Suiza todo es tranquilidad: 
Suiza no tiene que competir con nadie. Suiza se quiere por la mañana con su moño-nido-de-cigüeña recién levantada. 
Suiza se quiere cuando se pone ese con un "¿por qué no?"
Suiza se quiere con extra de patatas.
Suiza canta en la ducha 
Suiza admite que tiene defectos y a efectos prácticos, le encantan.
Y se toma un chupito a su salud. 

Suiza se romperá un día. Alguien la romperá y será inevitable que eso pase. Y será maravilloso pero hasta que ese día llegue Suiza será el estado del bienestar donde solo está uno mismo, sin demonios y sin complicaciones.

Y que nadie se atreva a desestabilizar Suiza. 

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