viernes, 23 de noviembre de 2012

Canciones que suenan

Cierra los ojos y escucha lo que sientes.
Sientes que te ahogas porque vas a perder el autobús, vas a llegar tarde a clase. Mierda, broncas, decepciones. Ahora, te ahogas porque todo va mal. Las palabras se agolpan en la cabeza, los sentimientos aprietan y la comida se quema. Los recuerdos buenos, malos, neutrales, apesadumbrados, negativos se vuelven negros. Te ahogas porque sientes que no pueden respirar entre tanta sobredosis humana...
Para todos aquellos momentos en los que la vida nos sobrepasa, yo propongo una solución "descongestiva". Y es escuchar canciones, pero no cualquiera si no canciones que suenan.
Y os preguntaréis qué es esto. Pues bien cuando tienes la cabeza a punto de explotar y necesitas una vía de escape, este tipo de canciones comienzan a llenarte cada rincón del cerebro con sus notas, con cada vibración, cada silencio, cada golpe... Desde tus oídos filtran una extraña calma que te hace desconectar de todo para que solo la música fluya a través de tus venas y va a travesando obstáculos, huesos, venas, capas y capas viscosas hasta llegar al corazón. Tiene un efecto reparador en las personas. Directamente dejas de pensar y eres solo música.
Cada persona tiene una lista diferente de canciones que suenan, que te abstraen del problemático mundo hacia un estado en el que todo da igual.
Aquí está la mía, o por lo menos algunas de ellas...
Know your enemy, Boulevard of broken dreams - Green Day
Smell like a teen spirit - Nirvana
Help! - The Beatles
Losing my religion - REM
The rose - Janis Joplin
Anarchy in the UK - Sex Pistols
Back in black, You shoot me all night long  - AC/DC
Smoke on the water - Deep Purple
Coming back to life, The dark side of the moon - Pink Flyod
I love rock'n roll - Joan Jett
I can see for miles, We won't get fooled again, Baba O'Riley, Who are you - The Who
Y por último, la más reparadora de todas...

viernes, 16 de noviembre de 2012

Cada rincón de tu cama tenía un hueco para mí.

MONÓLOGO INTERIOR. Arrancamos, andando sola, acompañada de mí misma. Se oye una voz de fondo, un grito ajeno que sabe cómo hacerse eco entre mis susurros. Y sin quererlo yo lo escucho, que es como escucharte a ti porque nunca desapareciste del todo:
- Ir por la calle e ignorar el fatídico hecho de que alguien se llame como tú. No como yo, si no como tú. "Y yo te diría, no sé, que las cosas van a marchar bien" pero tanto Ismael Serrano como yo, sabemos que es mentira. Y pasar por los mismos bares en los que antes fuimos alguien... No es por agobiar, ¿eh? pero eso era antes. Antes de que el aire tornara el rumbo y nos llevase tan lejos que ni siquiera el olvido pudiera separarnos. Y esperar eternamente allí donde sé que volverás o renunciarás antes de intentarlo, como siempre me pareció. La cobardía y la pereza; tu crimen y mi castigo; Dostoievski pasado por agua y tal vez, un saludo caducado, hastiado, casi petrificado en un amago de sonrisa; perdido en un tiempo que nunca llegará. Solo aquella noche, solo con aquellas luces naranjas.
Porque esa noche también había llovido y yo me perdí en un improvisado despertar. En un momento ecléctico-eléctrico en el que todo pareció cobrar sentido de nuevo, desperté. Y tú decidiste entonces desaparecer de nuevo. Dormir sin avisar, como habías hecho siempre. Debió cogerme sobre aviso -como esas tantas veces en las que también decidiste desaparecer...- pero yo fingí sorpresa. Como si no supiera lo que iba a pasar ahora. Y si tú habías decidido tirar la toalla, no fue culpa mía (que tampoco tuya) pero no puedo nadar en contra de la corriente de las decisiones. Porque tú eres y no dejas de ser, porque estás y no, a la vez.
Ays. Al final siempre acabo hablando de ti.
Escéptico me parece todo esto. Sin remedio y con dolor.
FIN DEL MONÓLOGO INTERIOR. Tomo las llaves de casa y abro la puerta. Pero puede que esta noche tú la pases fuera.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Y hoy, tu voz.(Melancolía)


Hola, ¿te acuerdas de mí?
Soy un aula vacía, un asiento frío,
un lápiz que no escribe.
Soy un folio en blanco
que hoy ha dicho que no quiere ser pintado.
Un habitáculo oscuro, sin luz ni guía;
Perdido hace ya tanto tiempo
que no quiere ser encontrado.
Ni las risas que se dejaron atrás,
ni los lamentos que vendrán.
Hoy la melancolía reina en cada esquina
y quiere decir que desde las nubes,
la realidad se ve oscurecida por los rayos de la tormenta.
El polvo de la tiza hipnotiza los ojos que, queriendo ver algo,
no ven nada.
A quién, queriendo hacer algo,
se queda parado, clavados en el suelo.
Atornillando sus sueños a la corriente
de un río que no fluye.
¿Sabes qué me gustaría oír?
El sonido de la lluvia que arrulla los silencios
de las gotas que  impactan en mi ventana.
Pero hoy hace sol. Brilla.
Tan resplandeciente que abrasa las pupilas,
derritiendo los colores.
Hola, melancolía.
Hacía tiempo que no te dejabas caer por aquí.
Y, sinceramente, estaba mejor sin ti.
Tus maletas están en la puerta,
puedes irte cuando quieras.
Y por eso, no entiendo –ni quiero hacerlo-
porqué sigues aun aquí.
Tantos altibajos se cuelan en mi memoria
que la experiencia me trata de usted.
Una vez más el “te lo dije”
se vuelve a colar en el ambiente.
Hola melancolía, sé bienvenida.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Are you ready?

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Pasado.

Hola.
Me gusta cuando te despeinas, cuando me despeinas. Cuando tus manos peinan tu pelo de aquella maera tan desordenada. En realidad, me gusta el caos que te envuelve.
Cuando sonríes, solo un poco, tus ojos se cierran, se esconden. Me gusta cuando pones esa cara de niño bueno, con los ojos brillantes y la boca un poco abierta.
Me gusta ver mis dibujos en tu habitación.
Me gusta cuando me miras, me sacas la lengua y te fijas en mí.
Cuando miro para arriba, dos cabezas por encima, cuatro filas todo recto y te veo allí con cara de "me aburro", haciendo quién sabe qué.
Cuando estás concentrado en tu mundo, te miro y me ves; me sonríes. Y me gusta.
Me gustas, miau...


Aquí solo se escribe cuando llueve.

Autobús a 0,70€

Paraguas. Frío. Lluvia. Y mi cordón desatado.
En un universo paralelo en el que los autobuses tienen un hueco para mí, creo que puedo llegar hasta otro lugar no tan gélido, no tan húmedo, no tan hundido, no tan desquiciado.
Y vago sonámbula entre los autobuses que me roban la vida buscando ese utópico lugar que nunca llega. "Tal vez, la siguiente parada" me digo, pero el (maldito) autobús nunca para, nunca se detiene; nunca cesa el traqueteo involuntario al ritmo de los desperfectos de una carretera que yo sé que no conduce a ningún lugar mejor.
En los resquicios de una clase interminable, veo volar a los pájaros tras la tenue luz de una ventana trémula mezclada con una sinuosa cortina de lluvia. Y pienso en ser como aquellos pájaros, que contrastan su negro carbón frente al gris ceniciento de unas nubes desechables, tristes, evaporables. 
Esos pájaros que parecen manchas volátiles no están sujetos a ningún tipo de atadura, como el horario retrasado de un autobús oxidado y con los achaques típicos de la edad. Pueden viajar a alguna costa lejana -quizás imaginaria- allá donde yo nunca podré llegar con este destartalado autobús que retrocede en el tiempo y me despoja de mi intimidad.
Y mientras pasa la -s aspirada de Colombia veo más lejos mi marcha hacia esas costas -no digo que sean soleadas pero sí cálidas- en las que, al menos, pueda escuchar mis propios pensamientos.
Ya, solo a través del polimorfismo, me doy cuenta de que viviré etéreamente atrapada en un autobús a 0,70€ el billete, dentro de un barullo atronador que me obliga a desconectar. Y desde sus ventanas empañadas por el frío, veré bailar a esos pajarillos, burlándose de mí porque yo nunca tendré alas.
Una imagen difuminada a través de la intrepidante carrera de las pequeñas gotas de lluvia, que caen ávidas por el cristal; eso seré yo.
Con esta perspectiva tan desalentadora, me quedo, envidiando la calidez del aleteo de los pájaros mientras que a mi alrededor se instala el cero absoluto en el radiador.
El más puro frío mezclado con la calidez de un aleteo. Mi utopía.
 
"And accept it that soon you'll be drenched to the bone. If your time to you is worth savin'
Then you better start swimmin' or you'll sink like a stone
...For the times they are a-changin' "