domingo, 9 de junio de 2013

Al margen de los existencialismos



10 formas de vivir:

Consejos de una desesperada


Con demonios o sin ellos. A veces es necesario elegir la opción menos incorrecta. Enfrentarse uno por uno a esos demonios o aprender a convivir con ellos. Dedicado a… no sé, debería dedicármelo a mí misma a ver qué pasa.
Forma número uno: No se puede vivir tan apartado del mundo emocional exterior, cerrarse no es una posibilidad. Aunque en un primer momento nos sea la mejor opción. 
Solución: Busca la llave a ese candado/cerradura. ¿No hay explosivos plásticos que abren candados y cerraduras?

Forma número dos: Contención verbal, contingencia emocional. Solo es una vorágine de sensaciones perfecta y apretadísimamente ordenadas en una maleta a punto de salir. El más mínimo indicio de movimiento la hará estallar en mil pedazos y reventar los límites de la solidez de la conciencia humana. Solución: No llenes tanto la maleta y racionaliza tu dolor. Expulsarlo en medida estándar no es lo mismo que hacerlo en cantidades industriales.

Forma número tres: Defensas mentales y leucocitos anímicos. Suplemento de hierro en vena. ¿No habéis visto nunca ‘Erase una vez el cuerpo humano’? Alerta roja contra  la capacidad de autodestrucción metafísica. 
Solución: una buena dosis de hu(a)mor negro. Resultados obtenidos hasta el momento… Cero.

Forma número cuatro: Déficit de cariño. 
Solución: no sé, pero vivir rodeada de 80 gatos no entra dentro de mis expectativas. 

Forma número cinco: Teorías existenciales a la hora del desayuno. Nadie sabe hacia dónde vamos ni para qué estamos aquí. La mayoría de la gente no sabe ni qué va a hacer para comer mañana, así que no es bueno andar preocupándose de problemas vitales con el estómago vacío. 
Solución: Cómete los problema (con patatas) que tengan solución y los que no, simplemente hazlos a un lado (como yo con las espinacas). Todo está en la pirámide alimenticia-vital-emocional.

Forma número seis:Remember to let her into your heart, then you can start to make it better […] Don't carry the world upon your shoulders” canta ‘Hey, jude’. No importan las caídas, no importan las presiones, no importan los erros, los desaciertos, las malas decisiones. 
Solución: Levántate, sacúdete el polvo del camino y vuelve a empezar de nuevo. And again.

Forma número siete: Lugares peligrosos, terrenos inexplorados. Por donde siempre nos paseamos tú y yo hay cosas que decir. Ese tan temido “tú y yo”. 
Solución: no sé. A veces no saber –o no querer saber- es la mejor solución. O la única de la que dispongo.

Forma número ocho: Horas, minutos, segundos. El tiempo es la mejor distancia. El momento exacto en el que te animas y despegas de los abismos de tu encierro voluntario.  
Solución: Tacha los días del calendario que sonrías porque serán los que más vivas. Esa es una X que todos deberíamos marcar.

Forma número nueve: Control inútil. Nunca te quedes inmóvil, quieto, parado, absorto, perdido, vagando entre tus propias cavilaciones. Rara vez pensar de más ha servido para tomar el control de algo. 
Solución: descontrola la situación, sé la parte activa y pasiva de tus propias decisiones.

Forma número diez: Y cuando estés dispuesto a volver, allí estaré yo. Donde siempre solíamos olvidarnos.

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